De una idea para la escuela secundaria a Soluciones infinitas
Comenzó, allá por 2014, en un aula de secundaria con Pedro, un joven de 17 años con ganas de un problema que necesitaba solución. Frustrado por las limitaciones de los lápices y bolígrafos sobre papel y la impracticabilidad de su pizarra, Pedro ideó una solución: un cuaderno que emulara la naturaleza borrable de la pizarra. Esta chispa aleatoria de creatividad condujo al primer prototipo de lo que pronto se conocería como Infinitebook.
Al convertir su problema en una idea de negocio innovadora y sostenible, Pedro se embarcó en un viaje desde el crowdfunding hasta el lanzamiento de una empresa inicialmente llamada EcoBook, que luego evolucionó hasta convertirse en Infinitebook. Aceptar el concepto de infinito abrió infinitas posibilidades , lo que dio lugar a varias ediciones de Infinitebook y colaboraciones únicas, lo que demuestra que el éxito se trata de hacer realidad nuestras creencias. Desde identificar un problema simple hasta crear infinitas soluciones, Infinitebook se ha convertido en un testimonio del poder de la innovación y la perseverancia.
Más allá de un cuaderno
Infinitebook comenzó con un producto simple pero revolucionario, pero aspiraba a ser más. Visualizamos ser el catalizador para mejorar la creatividad, la innovación, el aprendizaje y la productividad en la vida diaria.
Nuestra lucha por un mundo sostenible está en el centro de nuestra existencia porque ser Infinito significa más que una simple reutilización infinita: se trata de generar un impacto significativo.
Alcance mundial
Hecho con amor
Desde la pequeña ciudad de Viseu, Portugal, hemos alcanzado un hito global, vendiendo más de 500.000 portátiles a clientes en más de 50 países.